jueves, 7 de julio de 2011

Mi primer intento

Cuando estas a punto de escribir y redactar tu primera publicación en un espacio como un blog, estas un poco complicado de ideas, en verdad no sabes por dónde empezar. Una persona que crea un espacio como este, lo hace porque sin duda tiene o siente la necesidad de exponerle al mundo no solo una, sino que un centenar de ideas que llevan largos periodos macerándose en la corteza de la sapiencia. y sumado a eso está la siempre presente idea de que ya no eres un niño y que es hora de que comiences a escribir de una buena vez cosas más cuerdas y que estas de alguna forma dejen un legado medianamente contribuidor a todo aquel ser que se acerque y lea tus impresiones y pensares.

Temas de contingencia sobran en este país, el conflicto estudiantil, las represas, el caso La Polar, son solo un puñado de lianas de las que un escritor podría aferrarse para escribir un artículo. Pero ¿no habrán cosas más importantes de que hablar?, en el sentido de que ¿no nos estaremos olvidando de analizar y dialogar acerca de la cuestión más importante y medular de todos estos aconteceres nacionales?

Mmmmm, es cierto, si nos ponemos a pensar detenidamente y vamos al trasfondo de todos estos problemas que nos afectan como sociedad e individuos, haciendo un análisis mas exhaustivo en el origen del todo, en el núcleo de los conflictos, en la raíz del árbol, mas aun…en el agua que riega el árbol, nos daremos cuenta de que lo que le falta a esta sociedad no es nada más y nada menos que amor.
Me sorprendo, nunca creí que mi primera columna fuese a cerca de un tema tan cursi como el rojo y colorado mentor de nuestras felicidades, el amor.

No importa donde sea que mires, no importa donde sea que pongas cual sea de tus sentidos, en casi todas las partes, secciones, geografías, lugares y momentos podrás percibir que el amor ya se ha ido y que ha dejado en su lugar nada más y nada menos que al egoísmo. Digo “en casi todas partes” pues existe un lugar sagrado, en donde se logra establecer una conexión pura e infinita con el prójimo y su alrededor, es un lugar donde se extinguen las lenguas quemantes del egoísmo y solo queda espacio para el amor, un lugar en donde embobas tus cinco sentidos y en donde pareciera que el tiempo se detiene, ufff que increíble ¿no? Hablare de aquel lugar más adelante.

Sin pudor creamos nuestras ciudades, levantamos nuestros edificios y producimos nuestros recursos, sin pudor vivimos insumidos en relaciones humanas y de pareja nefastas, que dejan como estela hijos abandonados, abortos, bouling, infidelidad, asesinatos, y todo cuanto acto egoísta podamos imaginar. Vivimos en una sociedad enferma, en donde nos olvidamos que los que la conforman somos nosotros; por tanto si vamos a los más puro y esencial del tema, somos nosotros los enfermos, pues nuestra sociedad no es más que la suma de todos nosotros.

Me ha tocado vivir y presenciar un sinfín de situaciones complejas que han dejado una huella profunda en mi integridad humana, y que hacen que esa percepción del egoísmo (es decir, la falta de amor) se acreciente cada vez más, llegando incluso a sentir repudio por vivir en este mundo y tener que tolerar tanta injusticia y dolor.

He tenido que despedir amigos, que hoy esperan en un universo lejano, víctimas de la sociedad y su enfermiza constitución, seres culpables solo de no haber sido lo suficientemente fuertes como para sobrellevar a este monstruo o simplemente muy puros de espíritu como para tolerar tanta miseria.
He visto sufrir a personas que amo y ame, por culpa de una sociedad egoísta, que no comprende y nunca comprenderá sus necesidades, y que los enferma haciéndolos llegar a niveles tan bajos como la auto aniquilación y el desenfreno.

He visto y he vivido en carne propia los rigores de la juventud que esta sociedad genera, cayendo en juegos con drogas, excesos de todo, menos de amor.

Sufro a diario las intermitentes señales de guerra que amenazan mi puerta, señales engendradas de una sociedad que lucra de la pobreza de algunos, una sociedad que no perdona si la economía no está de tu lado. Pero lo más terrible, es que somos nosotros mismos los que alimentamos aquella sociedad, somos nosotros los que preferimos a uno y no a otro por sus cualidades y características superficiales, siendo capaces incluso de abandonarlo todo por seguir una corazonada venidera de un corazón enfermo de egoísmo, absolutamente carente de amor.

Somos capaces de hacer sufrir a diestra y siniestra, escudándonos en el derecho que nos confiere el haber nacido libres, por lo tanto, equívocamente, nos creemos con la libertad de hacer sufrir, pues es nuestro derecho ¿no?, “mi persona ante todo” ¿no?...Ese es el pensamiento de un ser humano con un corazón enfermo de egoísmo. Quienes amen de verdad jamás usaran a otro como escudo, jamás utilizaran su derecho de libertad para dañar “libremente” al prójimo. Quienes aman de verdad señores, dan la piel por lo que les produce ese amor, pues desde mi punto de vista esa es la única misión que tengo en mi vida y es eso precisamente para lo que he venido a este mundo, para amar, pues de no ser así, y esta es una pregunta abierta ¿no creen que hubiésemos nacido en un mundo solo para nosotros, un mundo para cada uno, donde no sea necesario amar?

Presento mis quejas a esta sociedad ególatra, pues si se me ha dañado de alguna u otra forma, no puedo culpar al ser humano que lo hizo en particular, pues definitivamente si me dañó fue porque esta sociedad le enseño a hacerlo, fue porque su historial de vida jamás le enseño que el amar esta primero, que somos libres de tomar las decisiones que queramos pero han de ser respaldadas por amor. Así es, culpo a la sociedad, no al individuo, pues es esta sociedad la que engendra seres egoístas, que solo piensan en su bienestar, pasando por sobre los demás, por sobre sus ideales y sus sentimientos.

Pero es cierto, les hable a cerca de un lugar donde no existe maldad, donde no se correlacionan el amor con el egoísmo, donde simplemente reina una sensación de paz y armonía con el otro o “lo otro”. Este lugar está en todas partes y sucede con todas las cosas y eventos repetitivamente, eternamente en un ciclo  infinito. Para mí este espacio-momento es llamado “Amanecer”.

Amanecer viene de la palabra latina manescere”, que significa “comienzo o aparición de la luz”.
Que volado es este tipo ¿no?, ¡NO! Es muy simple, esta idea nace de un momento que por mucho tiempo lleno mi alma de paz, incluso cuando todo estaba oscuro y macabro. Ciertas mañanas tenía la posibilidad de despertar, abrir mis ojos, y ver la profunda, pura y hermosa mirada de la persona que en aquel entonces me amaba. Era un momento mágico, en donde afloraban las más bellas sensaciones de amor y apreciación por el prójimo que jamás he sentido. Un abrazo caluroso, un “buenos días”, nada era suficiente para celebrar la llegada de aquel momento, simplemente era, sucedía, y lo disfrutaba como a nada en todo mi día.

Hoy, entiendo que estos momentos de dan a diario en muchas cosas que pasan a nuestro alrededor. Constantemente despertamos, constantemente amanecen nuevos y destellantes momentos que duran lo que su naturaleza disponga y luego se van. Y en muchos de estos momentos podremos encontrar un momento de paz increíble, en donde todo mal y egoísmo se disipara, donde solo quedará espacio para el amor.

El “amanecer” del abrazo que me obsequia mi madre cuando me ve luego de muchos días, el primer contacto con la roca cuando me dispongo a escalarla, la primera mojada de magnesio, el primer beso del día, el primer bocado de un rico almuerzo, son todas sensaciones que amanecen y que rápidamente se van, al igual como lo hacia el milagro de esos ojos redondos que me miraban a la espera de un nuevo día para celebrar, un nuevo día para amar y dejar de odiar.

Si fuésemos capaces, en alguna medida, de apreciar mas estos momentos, de dedicarles más tiempo a las cosas más mundanas, a las cosas que nos definen como seres humanos y no a las cosas que nos definen como maquinas del consumismo, de la construcción, del egoísmo y del sufrimiento; podríamos estar hablando de otra sociedad, un sociedad más pura, donde el amor sea el argumento a la vida. Una sociedad que no enferme a sus integrantes, sino que los cobije, que los sane, que les enseñe a valorar todos los pequeños detalles que pasan ante nuestros ojos y que se nos pasan de largo por tener nuestra mente pensando en bobadas.

Es un concepto volado, lo sé, pero es mi forma de contribuir con esta sociedad. De que me sirve hablar de escalada, de mis experiencias, de mis dramas y problemas, si al final no estudiamos el porqué de aquellos pesares.

Lo que nos falta es amor. Dejar el egoísmo de lado, si te basurearon… olvídalo, entrega amor, si te engañaron… déjalo atrás, entrega amor. Un corazón enfermo de egoísmo pesa más que un corazón libre y lleno de amor.



1 comentario:

  1. ahí walo ;) http://yfrog.com/kexdf9j

    que se tome como amanecer :) http://yfrog.com/ki53rej

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